Por Marcos Vizcarra
El paso de los referentes de la Corte Suprema de Justicia por la ciudad de Rosario, a contramano de lo que declaró el gobernador, no dejó ni una sola instancia positiva o mirada de un futuro mejor para rosarinos y santafesinos en general.
Bajo el título “El juzgamiento del narcotráfico” y organizada por la Asociación de Jueces Federales de la Argentina (Ajufe), eligieron como sede del encuentro a la Facultad de Derecho de la UNR. No fue grato ver como muchos de los que votaron el fallo del dos por uno a condenados por delitos de lesa humanidad estuvieron presentes en la casa de altos estudios de la universidad pública. Fallo que tuvo que bajar el Congreso de la Nación ante la aberración de los señores Jueces.
El título del encuentro también es para considerar: “El juzgamiento al narcotráfico” y organizado por los Jueces Federales de la Argentina. Al narcotráfico en Santa Fe lo dejó crecer la Justicia Federal hasta alcanzar los niveles de violencia que hoy vemos en Rosario. Se reunieron, pero no hay autocrítica, propuesta, opinión, nada. El narcotráfico jamás pasó por la Justicia Federal. El 90 por ciento de las causas son por consumidores y vendedores minoristas.
A los grandes los encubren, los protegen. El 100 por ciento de las causas federales se reciben por anuncias anónimas, nunca por una investigación. La Policía elige perseguir a unos, y proteger a otros. Esto lo ratifica la Justicia Federal.
Para los que siguieron la serie de Sebastián Ortega: “El Marginal”. Pueden quedarse con el nivel de violencia y marginalidad que se muestra en esta ficción. O bien entender el entramado corrupto del sistema penitenciario y la justicia, que lucra con los marginados, con los pobres. Un negocio amparado por una Argentina que primero te excluye, te empobrece, te margina y luego te castiga. Te convierte en algo peor a lo que entró y te exprime hasta sacarte todo. Pero se ocupa en llenarte de odio, rencor y resentimiento. Una policía y un Poder Judicial que solo persigue a los pobres. O, acaso, el lector se enteró alguna vez de la existencia de algún preso de clase media acomodado o clase alta en argentina. Las cárceles están superpobladas de hombres pobres. En el caso de Santa Fe, con récord históricos de detenidos y la inseguridad peor que nunca. Alguno notó que la solución no está en meter más gente presa. Que así la historia no funciona.
Ninguna sensación buena arrojó la puesta en escena del Poder Judicial en Rosario. Un poder oscuro, corporativo, cerrado y lleno de privilegios. Sólo asco, ante la respuesta del Juez Fedeal, Marcelo Bailaque, cuando le preguntaron sobre su corresponsabilidad en la causa Alvarado: “No leo los diarios”, dijo.
Bailaque se negó a actuar ante 14 investigaciones que la PSA le presentó cuando Esteban Alvarado empezada a convertirse en uno de los narcocriminales más sangrientos de la provincia de Santa Fe. Mató a su ex socio, Luis Medina, y estuvo atrás del atentado a Antonio Bonfatti.
El circo del jueves de la semana que concluye en Rosario tuvo un despliegue irracional de las fuerzas de seguridad. Una puesta en escena, un acto de provocación.
Pasaron muchos de los “Señores del Poder Judicial”, que no emiten opinión, no hablan con los medios de comunicación, pero si operan con los dueños de los medios concentrados de la Argentina. Operan políticamente en las sombras del poder. La justicia es responsable de lo que pasa en Argentina con el desarrollo del narcotráfico y con lo poco y nada que hicieron en Santa Fe. Juan Carlos Maqueda, otro. Ante el pedido de una declaración respondió con mirada canchera: “En 20 años no di una sola nota y tampoco lo haré hoy”.
Hablando de silencio. El presidente de la corte santafesina, Rafael Gutiérrez, tras el encuentro se limitó a decir: “El narcotráfico tiene un gran poder económico”. Vaya novedad. ¿Éste sí lee los diarios o lo sabe de primera mano?
Hombres y mujeres del Poder Judicial a los que la sociedad no les conoce la cara. Muchos conocieron sus nombres por primera vez este jueves. A los que el pueblo no puede elegir, no puede desplazar. Que actúan con total impunidad y acceden a privilegios que el resto de los Poderes del Estado, a los que si se los puede premiar o castigar con el voto, no acceden.
A modo de cierre, en la provincia de Santa Fe hay mil presos federales, 400 alojados en cárceles comunes y con una deuda de 200 millones de pesos a la provincia. Los otros 600 tienen prisión domiciliaria, no los cuida nadie.
A las bandas narcocriminales de la provincia se las investigó y juzgó, antes que nada, por acción de la justicia provincial, por delitos comunes comparados con el narcotráfico. Lo del jueves fue un acto político del Poder Judicial para la continuidad del saqueo en Argentina.