Nuestra tarea legislativa ha sido muy intensa en los últimos cinco años, y en particular este último, en que los ataques a la llamada ideología woke —por la expresión en ingles “stay woke” (estemos despiertos)— implican una verdadera embestida contra los derechos de las mujeres, los niños y el colectivo LGTB.
Precisamente, estamos alerta ante las injusticias, estamos despiertos ante las amenazas contra la igualdad social. Y ya que hablan de pedofilia en Davos, les decimos que en esa actitud alerta no estamos solos. A partir de un trabajo conjunto con la Asociación ARALMA y otras asociaciones de víctimas de abuso sexual infantil internacionales, presentamos un proyecto de ley que nace en Santa Fe: una Comisión Investigadora Independiente de la Verdad y la Reparación.
Esta comisión contribuirá al esclarecimiento de las más graves violaciones a los derechos humanos, por eso su función se asimila a la de la CONADEP de los principios de este período democrático. Un trabajo atento de registro, de preservación de detalles, de mantener activa la memoria para reparar y prevenir. Entre sus funciones está la de recibir antecedentes y testimonios, analizarlos y coordinar abordajes con equipos asistenciales, de soporte y apoyo para ayudar en el proceso de reparación.
Se trata de institucionalizar, por ley, una comisión que trabajará contra los delitos tipificados como violencia sexual padecida durante la infancia y la adolescencia a todo el territorio provincial, sin perjuicio de los procedimientos judiciales a los que den lugar dichos hechos. Ya existen comisiones con estas características en más de una decena de países.
Inclusive, aunque esos delitos hayan prescripto, la comisión podrá recabar información intra y extrafamiliar, aunque se traten de hechos que deliberadamente se ocultaron. En Argentina, según un informe de Unicef y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, entre octubre de 2020 y septiembre de 2021 se registraron 3.219 niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia sexual. Sus agresores fueron en un 56,5% familiares y los abusos se dieron en un 36,2% en el hogar.
En Davos, el presidente vociferó otra de sus desinformaciones que buscan dañar la democracia. Dijo que “en sus versiones más extremas, la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil” y ejemplificó con un caso de Estados Unidos, en que una pareja homosexual fue condenada a 100 años de cárcel por abusar de sus hijos adoptivos.
Si el presidente mirara su propio país, sabría, también de acuerdo con un informe de Unicef, que las estadísticas muestran que los abusadores en su mayoría son “varones heterosexuales adaptados socialmente”. Y que gracias a políticas como la Educación Sexual Integral en las escuelas las víctimas pueden reconocerse como tales y pedir ayuda. En Santa Fe, en los primeros años de implementación de los espacios de ESI en las aulas, unas 800 personas por año, la mayoría de ellas adultas, pudieron identificarse cómo víctimas de abuso
Basta de declaraciones, basta de negar y mentir: se necesitan acciones concretas para prevenir y reparar los daños psicológicos que genera el abuso sexual infantil en bebés, niños, niñas y adolescentes. Los casos son muchos más de los que conocemos y generan marcas para toda la vida.
Dijo Milei en Davos también que la buena noticia es que el universo del wokismo que está llevando a la humanidad al borde del abismo se está resquebrajando. No la ve el presidente. No ve que aquí estamos bien despiertos. Con los ojos abiertos y las manos dispuestas para hacerle frente a la injusticia.