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La historia de las huelgas en Rosario

Por Camilo Scaglia, historiador

14 MAYO, 2024

Por Redacción De Política+

En el marco del último paro general en Argentina, nos resulta interesante hacer un recorrido sobre la historia del movimiento obrero en nuestro país. Destacando como los trabajadores y los estudiantes desde principios del siglo XX, pasando por el Rosariazo hasta la actualidad, siempre fueron el motor para movilizar a la sociedad.

A principios del siglo XX, la ciudad protagonizó grandes huelgas de la mano de una clase trabajadora que reclamaba por sus derechos. La inmigracion europea poblaba las ciudades más grandes y expandían la frontera agrícola a base de nuevas colonias en el centro del país.

El gran movimiento comercial, la construcción de grandes obras de infraestructura como puertos y ferrocarriles, y la explosión agropecuaria en la zona pampeana repercutieron en las ciudades más grandes como Rosario, donde los talleres, las fábricas y los sectores comerciales y de servicios se multiplicaron en pocas décadas.

Sobre ese terreno, se generaron las condiciones para el surgimiento y la consolidación de una clase obrera de dimensiones muy importantes con una fuerte concentración en el sur de la provincia. Esa gigantesca clase obrera no gozaba de ninguna clase de derechos y dejaba el aliento en jornadas extensísimas que incluían a los niños y a los adolescentes.

A finales del siglo XIX y principios del XX Rosario, ya con un puerto floreciente y centro de la actividad comercial y manufacturera de la región, se convirtió en el principal escenario del estallido de las luchas obreras. La enorme mayoría de los obreros que hacían hervir la ciudad vivían cerca de sus lugares de trabajo, por lo que se concentraban en barrios cuya identidad iba atada a la fuente laboral como Refinería (por la refinería de azúcar) o los talleres del ferrocarril Central Argentino.

Pero con el correr de los años, el tono de los reclamos obreros fue aumentando, de la mano de la influencia que ejercían sobre los trabajadores la prédica anarquista y socialista que muchos de los inmigrantes europeos habían traído desde sus países de orígen.

En agosto de 1896 tuvo lugar la primera huelga general en la ciudad, que nació a partir del reclamo de los trabajadores ferroviarios de La Plata que pedían una reducción de la jornada laboral. En Rosario, el resto de los gremios apoyó la medida y hubo una paralización completa de actividades durante 48 horas.

 

Refinería:

Tensión y represión. Otro de los conflictos de gran envergadura que inauguraron el nuevo siglo en la ciudad fue la huelga lanzada por los peones de la Refinería Argentina de Azúcar en 1901. Los trabajadores de la refinería, como casi todos los obreros de esa época, reclamaban una reducción de la jornada laboral y un aumento de salarios. La medida de protesta derivó en violentos enfrentamientos entre los manifestantes y la policía que terminaron con la muerte del obrero de orígen austríaco Cosme Budieslavich, lo que a su vez generó otra gigantesca marcha seguida de una huelga general.

1904-1905:

En noviembre de 1904, los empleados de comercio de Rosario se declararon en huelga para reclamar el descanso dominical y la reducción de la jornada de trabajo. Una vez más, las fuerzas policiales asesinaron a un obrero, y un día después emboscaron el cortejo fúnebre matando a tres trabajadores más, lo que a la larga funcionó como un punto de inflexión del precario equilibrio de clases.

En septiembre de 1905 estalló una protesta de los estibadores del puerto rosarino en reclamo de mejores condiciones de trabajo y aumento de salarios. La protesta adquirió tal magnitud que desde el gobierno nacional enviaron tropas para garantizar la operatoria del puerto con "rompehuelgas".

La tensión social iba en aumento: en enero de 1907 hubo una huelga de carreros, seguida de una semana de huelga general.

Fuente: Entre fábricas y talleres, Rosario fue vanguardia de la lucha obrera (lacapital.com.ar)

Huelga de Inquilinos (1907)

La Huelga de Inquilinos fue la culminación de un movimiento social de lucha por la rebaja del precio de los alquileres, así como por mejores condiciones de vida. En Rosario, la huelga replicó casi de forma inmediata la que tenía lugar en Buenos Aires, iniciada el 13 de septiembre. Como primera medida, se conformó el Comité Pro Rebajas de Alquileres. No obstante, tuvo características singulares, ya que no fue promovida y liderada por las agrupaciones vecinales de base territorial con apoyo en el movimiento obrero, como en Buenos Aires, sino que sucedió lo contrario: la Federación Obrera Local Rosarina (FOLR) organizó y lideró el movimiento en Rosario.

Fuente: Descripción: La Huelga de Inquilinos de 1907 en Rosario: Una aproximación (mincyt.gob.ar)

1917:

Yrigoyen tuvo un primer momento de acercamiento a los trabajadores que luego, al recibir la presión de la clase empresaria de nuestro país y de los sectores conservadores de su partido, resignó y permitió el avance de dramáticos episodios de represión a trabajadoras y trabajadores.

En ese marco se inició en 1917 un ciclo de huelgas en Argentina que fue uno de los más sangrientos. La Semana Trágica (enero de 1919), la Patagonia Trágica y los sucesos de La Forestal (entre 1920 y 1921) fueron los procesos de lucha obrera más conocidos y Rosario también tuvo huelgas sangrientas. La primera fue la de ferroviarios de los Talleres de la empresa Central Argentino. Allí la empresa decidió eliminar puestos de trabajo ofreciendo cuatro jornales mensuales a sus obreros mientras que éstos pidieron por lo menos dos días a la semana. Entonces se inició un paro en junio que duró un mes y finalizó con un triunfo de los trabajadores pero la empresa desconoció el acuerdo y se retomó la medida de fuerza que llegó hasta fines de octubre.

La medida de fuerza de los trabajadores rosarinos se fue extendiendo hacia otros sindicatos y desde entonces se fueron reorganizando los que estaban en declive al renovar sus reclamos. En septiembre se reorganizó el sindicato de tranviarios por los socialistas y ese conflicto retroalimentó la huelga ferroviaria cuando se generaron conflictos agudizados por el asesinato, por las fuerzas de seguridad desde un tranvía, del obrero José Menna, quien se encontraba en el interior de los Talleres ferroviarios (Lozza, 1985).

Sin lugar a dudas, la huelga rosarina que más preocupó a la élite social y política de la ciudad y del país fue la de vigilantes de la Policía en diciembre de 1918, donde se enfrentaron entre los efectivos policiales y mataron a 18 huelguistas. En esa oportunidad, los huelguistas confraternizaron con los obreros, realizaron una asamblea en el local de la Juventud Anarquista y desafiaron a los poderosos por las calles rosarinas.

Fuente: Tiempo de revuelta en la Rosario de los primeros gobiernos radicales | Historia de Santa Fe (atesantafe.com.ar)

 

Peronismo: 17 de Octubre 1945

Desde el 17 por la mañana hasta el 18 hubo expresiones a favor de Perón en diferentes puntos de la ciudad. No sólo en la zona céntrica sino en barrios como Villa Manuelita o Tablada.

La Unión Ferroviaria movilizó miles de ferroviarios desde los talleres del Ferrocarril Central Argentino ubicados en Pérez. Fueron muchos los lugares donde la gente se congregó para clamar por Perón: la plaza 25 de Mayo, la plaza San Martín, la Secretaría de Trabajo y Previsión, el local de Tiro y Gimnasia.

Las descripciones de la prensa señalaban la alegría y algarabía de los concurrentes y la presencia de hombres, mujeres y niños ataviados con ropas exóticas bailando por las calles, detalla el estudio “Políticas de bienestar y control de la movilización social 1943–1955”.

En Rosario, 15.000 peronistas se reunieron sin el menor incidente, para escuchar la palabra de José Pardal, Vicente Nicolini, Rodolfo De Paoli, Eleuterio Cardozo, Delia Parodi y Dante Viel.

Rosariazo:

El 16 de mayo, a causa de la inquietud producida por el repudio a los sucesos de Corrientes en la Facultad de Medicina, el rector de la Universidad Nacional de Rosario decidió la suspensión de las actividades durante tres días. Los estudiantes se congregaron en el Comedor Universitario, desde donde marcharon por el centro de la ciudad.

Al día siguiente, un grupo de unos 400 estudiantes se reunió nuevamente frente al Comedor Universitario, lanzando volantes y haciendo estallar artefactos de estruendo. La policía reprimió la manifestación que coreaba "Acción, acción, acción para la liberación". El 20 de mayo, los estudiantes rosarinos anunciaron un paro nacional.

Desde la madrugada del 22, Rosario fue declarada zona de emergencia bajo jurisdicción militar. El 23, un grupo de 38 sindicatos dispuso la realización de un masivo paro industrial. Junto con una declaración de los sectores de la Iglesia más afines a los grupos obreros, la

huelga fue un duro revés para el gobierno. Más de 7000 personas acompañaron al féretro de Blanco en su procesión hacia el cementerio y los obreros de la Unión Ferroviaria, que había adherido al paro, se manifestaron contra la suspensión de los delegados que tomaron la medida. El conflicto en los ferrocarriles sería agudo y desembocaría directamente en el Segundo Rosariazo pocos meses más tarde.

El 16 de septiembre, a partir de las 10 de la mañana, comenzó la convergencia de columnas de trabajadores, estudiantes y otros manifestantes en dirección al local de la CGT.2 Una columna de más de 7000 obreros ferroviarios se dirigió a los molinos harineros Minetti desde el local de La Fraternidad. Se le sumaron otras compuestas por obreros textiles, vidrieros, albañiles, eléctricos, frigoríficos y metalúrgicos.

Ante la resistencia policial, los manifestantes volvieron a erigir barricadas y a enfrentarse abiertamente a las fuerzas de seguridad. Los vehículos policiales y de transporte público fueron incendiados y la manifestación logró avanzar, haciendo retroceder a la policía hacia unas pocas plazas fuertes formadas por las sedes institucionales, en particular la del Comando del II Cuerpo de Ejército y la Jefatura de Policía.

El conflicto se extendió a los barrios, de donde se repelió a la policía. Un total de unos

250.000 manifestantes lograron mantener el control de la situación durante todo el día. No fue hasta el 17 cuando el Ejército reemplazó a las fuerzas de seguridad, informando un comunicado del general Herberto Robinson, que abrió fuego contra cualquier grupo que se le opuso. Se conformaron tribunales militares ad hoc. El entonces coronel Leopoldo Fortunato Galtieri comandaba las fuerzas del arma de artillería que llevaron a cabo la acción a partir de las 21:00. La resistencia en algunos barrios continuó aún otro día más, hasta que los militares tomaron control de toda la ciudad.

2001:

El “que se vayan todxs”, era más bien un grito “desesperado y de hartazgo”,. Esa consigna surgida en multitudinarias manifestaciones confluía con expectativa antipolítica y en algún punto destituyente e iba, directo, a quienes participaron en las estructuras gobernantes de los dos partidos tradicionales y mayoritarios en la Argentina, el PJ y la UCR. Ahí estaban ahorristas “acorraladxs” por Domingo Cavallo, cacerolerxs, clasimedierxs que hicieron puentes con algunos sectores de la izquierda donde se reunían, sobre todo, desocupadxs estructurales, y donde llegó una parte de los miles y miles que habían sido despedidxs y de lxs jóvenes de los sectores más pobres que aspiraban a incorporarse al mercado laboral.

El porcentaje del desempleo en el Gran Rosario era del 22.8 en el 2001, el mayor del país El delicado estado del ánimo social que se venía gestando tenía un origen más que objetivo en los procesos de desindustrialización, de enormes despidos en las áreas del Estado con el festival menemista de privatizaciones de las empresas nacionales, por el cierre de pequeñas y medianas empresas que no sobrevivían ante la avalancha de importaciones y el enorme endeudamiento externo. Todo un combo que permitía hablar de crisis económica, social, política y de representación en una Argentina donde muchxs padecían hambre.

Entre marchas y concentraciones diarias, acampes, cortes de calles y rutas, los llamados saqueos y declaración del Estado de sitio se llegó al diciembre sangriento. El estado de sitio enervó aún más el clima social. Los saqueos se multiplicaron en distintos puntos de la ciudad como reflejo de lo que pasaba en el país. Más de 30 muertos en el país, 8 en Rosario y 1 en Santa Fe.

 

 

 

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