Por Marcos Vizcarra
Mientras a nivel nacional suma apoyo entre los gobernadores la intención de suspender las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) en las elecciones para presidente de la Nación de cara al 2023, en Santa Fe se cocina una reprogramación del calendario electoral para la gobernación y el resto de las categorías.
La duda que corría puertas adentro de cada uno de los armadores de campaña en Santa Fe era si se ponía primera antes o después del Mundial de Fútbol de Qatar. Ahora, ya todos saben que la línea de largada será después de la competencia deportiva que paralizará a Argentina hacia fines de noviembre próximo.
Es que el calendario que se cocinaba para la provincia de Santa Fe para las próximas elecciones era casi calcado al que cerró Miguel Lifschitz en 2019. Enero presentación de alianzas, febrero candidaturas, abril elecciones primarias y junio las generales. Esto generaba un verano 2022/23 intenso y con definiciones políticas-partidarias.
La posible suspensión de las PASO nacionales oxigena el calendario y le da la posibilidad al gobernador Omar Perotti y estirar los tiempos.
La misma semana en que el mandatario provincial se pronunció a favor -una vez más y fiel a su posición histórica- de terminar con las PASO, en el gabinete santafesino ya corría la versión de una calendario electoral más hacia mediados de año y no hacia el inicio de este 2023.
En Santa Fe no hay posibilidad alguna de suspender las elecciones internas abiertas. El Ejecutivo no tiene mayoría en ninguna de las cámaras. Pero una posible suspensión de las PASO nacionales abre el calendario para unas internas provinciales ni bien comenzado el segundo semestre del año entrante y las generales para agosto o septiembre. Un mes antes de las nacionales. Esa es la idea que más le gusta al gobernador.
Tendrá que pasar el verano y ver si cambia lo que a esta altura parece casi imposible. Que Argentina ordene su economía y una inflación desbordada. Mientras que Santa Fe encuentre cómo frenar la ola de homicidios. Hasta aquí, Alberto Fernández tendrá la inflación más alta de los últimos treinta años y Omar Perotti cerrará el año con récord de homicidios.
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